SISTEMA SEXO GÉNERO
El Sexo se refiere a las características biológicas y fisiológicas que definen al hombre y a la mujer (macho y hembra), por ejemplo: las mujeres pueden dar a luz y amamantar y los hombres no.
El Género por su parte, es el conjunto de rasgos que la sociedad le asigna a hombres y mujeres y son adquiridos en el proceso de socialización (en la casa, en la escuela, con los amigos/as, en el trabajo, etc.). Son las tareas, pautas de comportamiento, valores, temores, actividades y expectativas que la cultura asigna en forma diferenciada a hombres y mujeres. En otras palabras, es el modo de ser hombre o de ser mujer en una cultura determinada. El género asigna un lugar (jerárquico) en la familia, en la sociedad, en el mundo de la economía y de la política a los hombres y a las mujeres.
Entonces…
Hombre y Mujer son categorías de Sexo
y
Masculino y Femenino son categorías de Género.
Por lo anterior podemos reconocer que SEXO y GÉNERO no son lo mismo.
ROLES TRADICIONALES DE GÉNERO Y SU RELACIÓN CON LA DISCRIMINACIÓN
La construcción social de género se incrustan en la sociedad a través de roles y estereotipos que se acogen socialmente.
Los roles son tareas, funciones y/o actividades que se asignan a las personas, son pautas de conducta que la sociedad impone y espera de una persona.
Los estereotipos de género son ideas simplificadas y distorsionadas sobre las características y comportamientos de los hombres y las mujeres.
Seguramente ha escuchado frases (de estereotipos), las cuales se atribuyen de manera específica al comportamiento de hombres y mujeres, se exigen socialmente y además se utilizan como pautas para la crianza. Veamos algunos ejemplos
¿Y qué sucede con estos estereotipos?
Mantener estereotipos de género promueve pensamientos y comportamientos que se asumen en la sociedad y generan divisiones relacionadas con la manera de ser hombres y mujeres. Por ejemplo:
- Si se fomenta que los hombres no lloran – el RESULTADO es que – los hombres no expresan sus sentimientos con facilidad.
(Sin embargo, todos/as sabemos que la expresión de sentimiento no está ligado a ser mujer u hombre, sino que es una condición natural de los seres humanos)
- Si se aconseja a las mujeres que callen, aguanten y resistan por su familia – el RESULTADO es que – las mujeres anteponen su bienestar por el de los demás y son sumisas, es decir, siempre estarán primero los demás antes que ellas, aunque sean vulnerados sus derechos.
(Sin embargo, todos/as sabemos que hombres y mujeres tenemos el derecho a tener a una vida libre de violencias y libertad de expresión).
- Si se considera las características y roles que se atribuyen a lo masculino y a lo femenino, se puede evidenciar que socialmente lo femenino es subvalorado, es decir es menospreciado y con menos importancia frente a lo masculino, y esto ha generado discriminaciones hacia las mujeres en diferentes entornos.
(Por ejemplo, usted habrá escuchado en conversaciones de amigos-as, cuando quieren menospreciar a un hombre, utilizan términos tales como: “pareces niña”, “nenita”, “vieja”, “mujercita”, “afeminado”, u otras expresiones que hacen referencia a lo femenino; por el contrario, en conversaciones cotidianas habrá escuchado que cuando se trata de resaltar una actitud positiva se utilizan frases como: “trabaja como hombre”, “carga como hombre”, “pega como hombre”, “habla como hombre”, señalando que lo masculino es superior o tiene mayor validez).
Ahora que ha analizado algunos de los estereotipos y sus consecuencias, le invitamos a pensar de qué manera éstos han ocasionado desigualdades y se evidencian en su familia, trabajo o entorno social. ¿Qué podríamos hacer para empezar a evitarlo?.
A continuación, se comparte un video de contexto que permitirá profundizar lo revisado anteriormente:
Los estereotipos de género son ideas simplificadas y distorsionadas sobre las características y comportamientos de los hombres y las mujeres.
Seguramente ha escuchado frases (de estereotipos), las cuales se atribuyen de manera específica al comportamiento de hombres y mujeres, se exigen socialmente y además se utilizan como pautas para la crianza. Veamos algunos ejemplos
(Video tomado de Material elaborado por el Centro de Investigación, Capacitación y Atención para el Desarrollo Social, AC. “Este material se realizó con recursos de la Décima Séptima Emisión del Programa Proequidad del Instituto Nacional de las Mujeres, empero, este no necesariamente comparte los puntos de vista expresados por las (os) autores del presente trabajo).
MACHISMO Y MASCULINIDAD
Los hombres no nacen con ideas machistas o con las características de la masculinidad hegemónica. Esas características son aprendidas, para comprender un poco más es importante retomar algunos conceptos:
Masculinidad: Es la forma en que han sido educados los hombres desde su crianza e incluye la manera de pensar, de sentir y comportarse, así como la forma en que se relacionan con las mujeres, niños, niñas, otros hombres y la naturaleza.
Machismo: Es un conjunto de creencias, costumbres y actitudes que sostienen que el hombre es superior: es la figura más importante, dueño del poder y representante del ser humano (su palabra es la ley).
En este sistema, a las mujeres se las ve como inferiores al hombre, deben asumir la maternidad y los cuidados de manera exclusiva (cuidado de hijos-as y de su pareja, familiares enfermos o adultos mayores); ocasionando que ganen menos dinero que los hombres y que estén alejadas de escenarios públicos.
¿Y cómo saber si en mi sociedad existe el machismo?
El machismo se expresa fundamentalmente en los llamados estereotipos de género. Revisemos algunos ejemplos:
“Los hombres son más fuertes que las mujeres”.
“Los hombres deben dominar a las mujeres”.
“Lo masculino es más importante que lo femenino”.
“Las mujeres deben ser protegidas por los hombres”.
“Un hombre debe tener varias mujeres porque está más interesado en el sexo que las mujeres, ya que el hombre es polígamo por naturaleza”.
“Un hombre no debe tolerar la infidelidad de la mujer”.
“La mujer es más tierna, suave y afectiva que el hombre”.
“Los trabajos que hacen los hombres son más importantes y más valorados que los trabajos que hacen las mujeres”.
Además, hay muchas formas de machismo que son tan naturalizadas que a veces pasan desapercibidas.
- Descalificando y anulando a las mujeres
- Haciendo chistes o comentarios cuyo contenido considera a la mujer como inferior al hombre.
- Ignorando a las mujeres o no tomando en cuenta su opinión.
- Desconfiando de su capacidad al momento de realizar o delegar ciertos trabajos.
- Utilizando formas sutiles de control (llamarla constantemente bajo el pretexto de preocuparse por ella).
- Ofrecerle siempre recogerla en espacios de relaciones sociales, que aunque puede ser una cortesía, en algunas ocasiones se hace para ejercer control (saber dónde está, y con quién). Este comportamiento puede darse debido a que se piensa que es incapaz de cuidarse sola.
MACHISMO Y MASCULINIDAD
En la sociedad existen los llamados marcadores de virilidad, que son pruebas que los hombres deben cumplir para medir su hombría. David Gilmore (1994) afirma que los marcadores son como exámenes que las diversas culturas establecen para “medir” a los hombres y dar la aprobación de su virilidad.
En la sociedad patriarcal, los hombres deben demostrar en forma permanente que son hombres, para que nadie dude de su virilidad.
Algunos marcadores de virilidad que se ha encontrado en los hombres de la región son los siguientes:
- Consumir licor.
- Tener relaciones sexuales con trabajadoras del sexo.
- Estar con varias mujeres.
- Exhibir parejas muy jóvenes.
- Realizar actos de crueldad hacia animales indefensos, como una manera de demostrar que “tiene poder sobre ellos”.
- Realizar trabajos de electricidad sin desconectar la corriente.
- Bañarse en el mar o en un río a pesar del peligro que muestren las olas o las aguas, o sin hacer caso de las señales de seguridad.
- Tener relaciones sexuales sin protección.
- Conducir a gran velocidad.
- Manejar carro y moto estando en embriaguez.
- No demostrar cariño a los hijos hombres.
- Demostrar la potencia sexual exigiéndose que la mujer tenga varios orgasmos provocados por él en una sola relación.
- Demostrar la hombría con los movimientos y posturas corporales.
- Demostrar fuerza física (levantando cosas pesadas, aún por encima de la capacidad permitida).
Con estos marcadores de virilidad, los hombres demuestran socialmente que son “machos” y esa demostración se hace ante otros hombres, como una manera de competir con ellos. (Campos Guadamuz, 2007).
Michael Kimmel (1997), investigador de la masculinidad, dice al respecto que la masculinidad se construye de manera permanente bajo la mirada de los otros varones, ya que son ellos los que dan la aprobación y el “visto bueno” de que se es hombre. Son ellos quienes evalúan el “desempeño”. Por tal motivo es tan importante alardear las conquistas para competir, en muchos terrenos: riqueza, poder, posición social, mujeres atractivas.
Kimmel (1997), considera que una de las características más importantes de la masculinidad hegemónica es la necesidad de demostrar y ejercer poder, lo que le permite imponer la voluntad y dominar sobre los demás. Es un poder que deben reafirmar en forma permanente para que no se ponga en duda su virilidad.
Para reflexionar…
Sin embargo, el patriarcado aún está vigente en muchos entornos sociales, tal como lo podemos ver en las imágenes que se muestra a continuación:
Ahora bien, si las épocas han cambiado y las dinámicas sociales también, ¿por qué seguimos manteniendo la masculinidad tradicional machista?
Como se referencia en la parte inicial, el género es una construcción social y por tanto se puede transformar, es importante entonces considerar que, si esa masculinidad que se ha formado y aprendido no está trayendo los mejores resultados, se podría pensar en transformar aquello que no hace bien a la sociedad.
¿Las masculinidades pueden ser no machistas?
¡Por supuesto que sí!
Existe en la actualidad diferentes movimientos y posturas académicas, sociales y políticas que replantean la configuración de la masculinidad desde nuevos paradigmas que promuevan más igualdad entre los géneros, mayor corresponsabilidad, que solucionen los conflictos de manera pacífica, que cuiden a otros/as y se cuiden a sí mismos, masculinidades no violentas, corresponsables, democráticas y cuidadoras, es decir, que estén en sintonía con los desafíos actuales de la sociedad.
Les invitamos a escuchar a Michael Kimmel quien señala por qué la igualdad de género es buena también para los hombres.
Haga click aquí para acceder a material de descarga y consulta:
- ¿Cómo son las mujeres físicamente?
- ¿A qué juegan las niñas? (describir tipos de juegos)
- ¿Cómo visten las niñas generalmente?
- ¿Cómo le enseñaron que debe ser y comportarse una mujer?
- ¿Qué piensan en su comunidad de una mujer que consume licor o fuma?
- ¿Cómo son los hombres físicamente?
- ¿A qué juegan los niños? (describir tipos de juegos)
- ¿Cómo visten los niños generalmente?
- ¿Cómo le enseñaron que debe ser y comportarse un hombre?
- ¿Qué piensan en su comunidad de una mujer que consume licor o fuma?